Boss:- César........
Maleko:- dime Miguel Angel....
Boss:- (con su profunda voz, bien clarito y en alto, pero en alto de cojones. me dice)............ ¡¡¡CUANTO MARICÓN!! ¿NO?
Que conste que lo hice con todo respeto.
Y sí, mas o menos fue así la historia, Cesar y yo en la fila de embarque charlando tranquilamente despues de un dia en Barcelona y de vuelta para Madrid. Hablabamos y hablabamos y de repente me empiezo a fijar bien en el "entorno" que nos rodea y veo que es algo inusual, jaleoso, raro, movido...
Miro bien y no habia una escursion de Boy-scout, ni una del Inserso ni una congregacion de monjitas, eso parecia la parte de arriba de la Caravana de Priscila Reina Del Desierto (peli recomendada)
Fue una anecdota volver en el avión con esa alegria.
Que tiempos aquellos!!! Fuimos dos veces a Barcelona a ver a los colegas principalmente y otra no menos importante para unir un poco a los aficionados de Madrid y Barcelona y que nos sintieramos cerca unos de otros.
Ya no me acuerdo si fué en ese mismo viaje a Barcelona o en otro que se celebraba el primer aniversario de Vueling y nada mas despegar el comandante dice por los altavoces lo típico, pero me pasa lo mismo, que está diciendo algo que te crees que va a ser lo de siempre y no le prestas atención, además que se oye mal de cojones como siempre, pero de repente empezamos a oir frases que no son normales y nos callamos todos y pegamos la oreja.
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Señores pasajeros, en unos instantes se servirá el refrigerio!! -dicho aperitivo se lo serviria Maria, que además de azafata baila profesionalmente en Pacha y estará encantadisima de atenderles.
Imaginaros con qué ojitos mirabamos a Maria...
Y el azafato mas de lo mismo, no recuerdo que doble curro tenia, pero algo gracioso y poco habitual escucharlo en un avion. Una coña que no veas para estar en un avión. Tambien recuerdo que nos repartieron pulseras de esas de plastico tan horrendas con el logo de Vueling.
Nos dejamos pendiente un viaje a Valencia para hacer lo mismo. Imperdonable por nuestra parte no haberlo hecho. Pero el jodio de Cesar es como yo para estas cosas, perferimos ir en avion y a todo lujo que en coche y perdiendo tiempo. Nos salia por una pasta el viajecito, la cena, la cerveza, los cubatas, etc, etc, pero no veas con que gusto lo hicimos.
Lo dicho, buenos tiempos y buenas anecdotas que seguro que volveran algún día de la mano de los dos.
Podriamos escribir un libro con nuestras correrias madelmaneras.