Os pongo otras fotos. Obviamente, son de cuando fuimos por pista, pues cuando nos salimos del sendero las cuestas y desniveles eran de garabatillo y se necesitaban las dos manos. De hecho, el caballo que yo llevaba, que era un potro en proceso de doma y adaptación, bajaba las cuestas con el culo pegado al suelo y resbalando, y al subir, perdí la cuenta de las veces que tropezó, y más de una vez me ví en el suelo ... pero no se llegó a caer nunca.
A destacar las fotos de los bisontes. Desde la cuadra bajamos hasta el Museo de la Prehistoria de Teverga, en el que, como reclamo turístico, este año trajeron una pareja de bisonte europeo y otra de caballos de Prezwalski. Los caballos no procrearon y se dejan ver muy raramente, pero los bisontes tuvieron la primera cría en 10.000 años en Asturias y se dejan ver muy fácilmente. "En persona", son impresionantes.