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Que va, ojala fueran los míos, a los 17 años fuimos de viaje de fin de curso, y a la vuelta me habían pintado la habitación y puesto en cajas muchas de mis cosas y se las habían llevado a un almacén que tenia mi padre.
Confiando en que estaban en el almacén no me preocupe mucho. Cuando me casé, me los quise llevar a mi piso, y al ir a buscarlos ya no los encontramos. Me imagino que al hacer alguna limpieza del local pues desaparecieron. Llevo recordandoselo a mis padres todos los dias de reyes desde hace más de 20 años (un poco rencorosillo, si).
Cuando salió la colección de Altaya como mi hermano trabajaba en la Editorial Planeta me la regalaron toda completa, pero nunca será lo mismo. Y ahora voy consiguiendo con algún conocido, en los rastros y por internet algunos de aquellos fantásticos muñecos.
Creo que de lo poco que conservo mio, es un cañón y algunos objetos que quedaron en una estanteria y en los cajones de mi escritorio.
Bueno, al fin y al cabo, así son las cosas.
Saludos.
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