Hola de nuevo.
Tal como debía me dispongo a dar termino a este hilo homenaje a los buzos escafandristas, presentando las fotos del reportaje subacuático que hice el verano pasado.
Quiero hacerlo en paralelo a una pequeña semblanza personal dedicada a un buzo real que tuve la suerte de conocer en vida, Glenn Minard, un Californiano que una vez retirado se establece en España en 1986, viviendo en la localidad de Cazorla hasta su muerte en 1998 a la edad de 77 años.
Nuestra afición a los madelman nos viene de niños, surge del territorio del juego y la fantasía en el que ese pequeño muñeco tanto nos hizo disfrutar con su complicidad. Creo, en mi caso al menos, que echamos mucho de menos esos momentos, tanto que la añoranza ha acabado por reunirnos en foros como éste, donde el recuerdo de ese querido juguete se convierte en sana afición compartida, otorgándole una nueva vida con posibilidades que entre todos habéis demostrado infinitas. ¡Bendito interné!
Y es que los madelman lo pueden todo, sí. Es por ello que quisiera hoy detenerme en el espíritu que esa frase encierra, el carácter de toda una época marcada por sus luces y sus sombras y que fue construida por personas reales hechas de otra pasta, que inspiraban las aventuras de nuestros muñecos, personas como Glenn.
Glenn Forest Minard nace en Roseville, California. Con 16 años intenta ingresar en los Marines mintiendo sobre su edad, es descubierto y expulsado. Finalmente su madre firma por él y es admitido en 1939 con 17 años en la Armada.
El 7 de diciembre de 1941 se encuentra con su barco, el USS Okolala, en Pearl Harbor, durante el bombardeo Japonés. Glenn se lanza al agua para rescatar a los supervivientes y durante días se encargará de ayudar en las labores de recuperación de los cadáveres de los infortunados marineros atrapados en los barcos hundidos. Lo hace a pulmón libre, demostrando grandes dotes como nadador, con una extraordinaria capacidad para mantener la respiración bajo el agua (obtendría un Record Guinness de máximo aguante en respiración de su tiempo). No pasa desapercibido y es enviado por sus superiores a Washington para recibir entrenamiento en la Deep Sea Diving unit of the Navy Frogmen.
El día de su 21 cumpleaños se encuentra en Midway, en la mayor batalla del Pacífico. Un avión americano cae junto a su barco y se lanza a socorrer al piloto, pero la nave inicia una maniobra evasiva en zigzag para escapar de los torpedos de un submarino japonés y un telegrama a su casa lo da por perdido en acción. Al día siguiente el barco regresa a buscarlos y son encontrados con vida. Inmediatamente otro telegrama es enviado a la familia con la aclaración”a salvo”.
Glenn participó en cada batalla del Pacífico como hombre rana, nadando con sus compañeros del equipo de demolición submarina para volar los obstáculos de las playas en manos japonesas y permitir así el desembarco de las tropas americanas. Finalizada la guerra es destinado al puerto naval de San Francisco como instructor de inmersión con escafandra (hard hat dive en inglés), como buzo de prueba para los primeros tanques de respiración de buceo autónomo (scuba diving) y buceo libre (skin diving). Allí se forma también como piloto naval y en su tiempo libre de civil trabaja realizando exhibiciones en el parque Sea World dando de comer a los tiburones.
Posteriormente es trasladado a Hawái donde enseña a las tripulaciones de submarino la técnica correcta de ascenso en caso de evacuación por hundimiento, para evitar la formación de las temidas burbujas de nitrógeno en sangre y tejidos. Entre 1951 y 1953 participa en la Guerra de Corea, donde resulta herido. Después de recuperarse retoma su carrera naval, hasta retirarse de ambos equipos, Demolición Submarina y Buzo de Escafandra en 1962.
Su vocación por la exploración submarina continúa. En 1963 es contratado por Lockheed en Mohave, California, para trabajar como ingeniero de sistemas y piloto de pruebas de minisubmarinos en el proyecto Deep Quest.
En 1964 la compañía Westinghouse trabaja en el diseño y construcción del famoso “platillo submarino” Diving Saucer para el Comandante Jaques Costeau, al que Glenn ya conocía de su época militar como colaborador en el diseño del regulador de buceo Aqua Lung (pulmón acuático) patentado por el francés.
Glenn es requerido por Costeau como buzo técnico y piloto para las pruebas del “minisubmarino amarillo” que se realizan en la costa de San Diego, con lo que pasa a formar parte de la tripulación del Calipso durante seis semanas, época que él siempre rememorará como muy especial y entrañable.
Continuará trabajando para Whestinhouse en un nuevo prototipo de submarino, el Albin, con el que participó como piloto en las labores de rescate de la bomba H perdida en la costa almeriense frente a Palomares, tras el accidente del bombardero americano B-52 ocurrido en 1966. En ese mismo año vuelve al proyecto Deep Quest de Lockhead, protagonizando también como piloto su segundo Record Guinness al alcanzar la profundidad de 8,150 pies.
Más tarde, trabajará en los Emiratos Árabes Unidos, en prospecciones petrolíferas subacuáticas, llegando a ser Jefe Portuario en Dubai. Su último trabajo, de nuevo como buceador, será en el puerto de Barcelona, como inspector naviero para la aseguradora Lloyds. Ya no podía sumergirse a mucha profundidad, la exposición a las altas presiones subacuáticas le había dejado la salud resentida. Finalmente se jubila en 1986 y se queda a vivir en España, instalándose en un antiguo molino harinero junto al río de Cazorla, el Molino de Glenn que le decimos allí, el cual restauraría para convertirlo en establecimiento de turismo rural (concepto que por aquél entonces era bastante novedoso). Allí vivió hasta su muerte, tierra adentro. Cumpliendo su voluntad, sus cenizas fueron esparcidas en el Pacífico.
Ahora las fotos madelman. Después de repasar su vida se me antoja una tontería, un simple juego de niños con un muñequito en la playa…
Espero que allí donde estés, te encuentres como contabas que hacías en Hawái; sentado en las rocas del fondo, aguantando la respiración, tranquilo y en silencio, rodeado de miríadas de peces con vivos colores. Va por ti, Glenn: